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¿Fueron felices y comieron perdices?

¿Fueron felices y comieron perdices?

Han pasado los años, 10, 12, o quizás 15 desde que nuestra loca década se alejara para siempre de nosotros. Pero sin embargo, hay algunas cosas que por más que intentemos dejar atrás siempre nos seguirán despertando una sonrisa. Hace algunas semanas llegó a mis manos por casualidad, como suelen ocurrir la mayoría de las cosas, un libro de Carmen Martín Gaite que decía:

                            

                                                  

¿Por qué tenían que acabar todas las películas en boda cuando se casa la gente? A mi me gustaba todo el proceso del enamoramiento, los obstáculos, las lágrimas, y los malentendidos, los besos a la luz de la luna, pero a partir de la boda parecía que ya no había nada más que contar, como si la vida hubiera terminado ahí, pocas novelas o películas se atrevían a ir más allá, y a decirnos en que se convertía aquel amor después de que los novios se juraran amor eterno. Y eso la verdad, me daba mala espina…

El cuarto de atrás

 

Aquello me hizo pensar, todos las pelis de Disney que recordaba de mi infancia terminaban ahí, en el mismo punto: “La bella y la Bestias”, “La Cenicienta”,La Sirenita”, “La bella durmiente”, “Aladín”…un sin fin de historias que acababan con un “fueron felices y comieron perdices”.

 

 

Aquellos cuentos no surgieron en los 80, mucho antes, ya en 1937, Walt Disney, había creado Blanca nieves y los siete enanitos.  Pero fue a partir de aquella década, nuestra década, cuando estás películas volvieron de nuevo a la gran pantalla y  pasaron a formar parte de nuestras fabulosas colecciones de VHS.

No sólo hablaban de amor, también nos enseñaron que mentir era malo y que si lo hacíamos nos crecería la nariz como a Pinocho. Hablaban de niños que lo seguirían siendo siempre, de poder volar; cuando todavía por aquella época nos costaba 6 horas ir a Madrid, 5 de viaje y la hora restante, transcurría mientras nuestro  padre intentaba buscar nuestro destino entre las calles sin GPS.

 

Pero a pesar de todo, un día descubrimos que no todas las historias terminaban en “fueron felices y comieron perdices”, que la gente mentía para salir adelante y que irremediablemente un día nosotros tendríamos que crecer. Sin embargo, aunque hace tiempo dejamos de creer en todo aquello de lo que nos hablaban las películas de dibujos animados de nuestra infancia, ya habíamos pasado al menos un cuarto de nuestra vida creyendo en ellos.

 

 

 

8 comentarios

Adriana -

Hola lei su propuesta y los comentarios sobre los cuentos de hadas,parece que algunas personas no saben leer dice cuentos de hadas,no son reales solo insentiban a la imaginacion y a adquirir valores sanos y nobles apesar de las situaciones que tengamos que afrontar,el amor no termina en la boda,solo es el camino que nos lleva a aceptarlo y a vivirlo junto a nuestro principe que no es azul es el que nosotras elegimos para vivir toda la vida y solo ese amor de la primera vez es el que crece y madura con cada uno de nosotros.Amo los cuentos y los enseño a mis niños en la escuela como tambien a mis hijos los valores señores no se pierden si se saben cultivar.Gracias.

Urko -

Es una pena que cada vez se deje de fantasear más, porque nos estamos "pudriendo" en una realidad que cada vez permite menos soñar.

SALUDOS

mirella -

Da gusto leer vuestros textos, pero que bien escribis!!!

seguid asi,llegareis muy lejos:)

weiiiin -

Q grandes sois!!!

ViiVa Peter Pan y Nunca Jamas!!!^^

mcv -

Cuanto me gustan vuestras actualizaciones y que bien lo haceis chicos!!

Elenita -

Y todavía hay gente que cree en ellos :)

Laura Martín -

Un blog con un tema muy bueno que nos hace recordar muchos momentos inolvidables.
Un post muy bien documentado y sencillo que transmite lo mejor de los recuerdos.
¡Ánimo y suerte con el blog!

Un saludo desde la otra claseee!!

Beita B* -

jaajja
chicas/os está genial!
Me he reido mucho, la letra de ECDL inspira a cualquiera

Un besote